domingo, mayo 29, 2011

No puedo querer a quién sigue amando a otra mujer. Cómo la canción que nunca escribió Bosé. Las letras marchitadas, heridas, empapadas del sudor de mis lágrimas. Mi piel desgarrada, mis labios color miel. No puedo jugar a querer, seguir con este cosquilleo dentro de mi vida, con esas ganas de irme contigo al fin del mundo, haz las maletas que nos vamos. No puedo si en tu cabeza esta ella. Porque ya lo hice una vez, y eso, te destroza. A mí, a ti, a los dos. No, no puedo.
Al igual que un día me di cuenta que escribir sólo se quedaba en eso. En palabras tecleadas, para recordarme los errores del pasado, y no cometerlos ahora. Sólo eso, nada más.
 El mismo día que me di cuenta de que no tenía el futuro que tú siempre quisiste que tuviera, en el mismo segundo, de aquella tarde de marzo que cruce la puerta, supe que dejaba en aquella habitación, mal decorada, las dos cosas que más había querido. A ti.
No todo es para siempre, aunque me hubiera gustado ser tu todo en nuestro propio nunca jamás.
Se me olvido decirte, que mis historias, no son de amor como siempre me decías.  Ellas soy yo y algunas de ellas, estaban disfrazadas de ti... Una pena, tan grande como para perderte, es que tú no supieras encontrar la magia encerrada en todas ellas.

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